A la mesa de uno de los cafés situados en Ses Variades, desde un paracaídas que sobrevuela la bahía, sentado en la popa de una embarcación o en algún rincón solitario de la costa. Son muchas las formas de disfrutar de una de las puestas de sol más célebres del Mediterráneo y del mundo. Y no sólo durante el verano. La orientación de la bahía hacia el oeste permite el disfrute de este espectáculo natural durante los 365 días del año. ¿Te lo vas a perder?
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