5 rutas de senderismo para descubrir Sant Antoni

na de las mejores experiencias que ofrece Sant Antoni es recorrer los innumerables senderos que salpican su geografía. Si bien es cierto que la vertiente marina del municipio ocupa un lugar destacado en la oferta de ocio y entretenimiento, la vertiente del interior, que nos invita a descubrir el encanto del campo ibicenco, brinda al caminante una privilegiada gama de recorridos a cual más interesante.

Imagen aérea de Cala Gració y Cala Gracioneta
Algunos de estos recorridos se han agrupado en rutas bien delimitadas que invitan a descubrir paisajes de lo más diverso, desde las que redescubren la fachada urbana de Sant Antoni hasta las que se adentran en el corazón rural del municipio o serpentean por la costa conduciéndonos a bonitos rincones.
De todas ellas podemos destacar cinco que sintetizan a la perfección la variedad y riqueza del paisaje de Sant Antoni de Portmany.
1. Ruta urbana de senderismo por Sant Antoni.
Una opción fácil y agradable para quien desee explorar la zona del paseo marítimo y los puntos más emblemáticos del casco urbano. Los 9 km del trazado son cómodos y no precisan de un equipamiento especial, por lo que está abierto a todo tipo de públicos. El punto de salida y llegada es Caló des Moro, la recoleta calita que se halla en el extremo norte de la villa. Desde allí, siguiendo el recorrido del paseo peatonal, contemplaremos hermosas vistas de la bahía con los islotes de Ponent al fondo, destacando la cercana isla de Conejera. Ideal para los amantes de la fotografía y las puestas de sol. Dirigiéndonos hacia el sur y dejando atrás la zona de Ses Variades encontraremos el antiguo faro de Ses Coves Blanques, hoy un bonito equipamiento cultural que sirve como antesala a los sucesivos puntos de interés que irán surgiendo en la caminata: el puerto deportivo de Sant Antoni, su club náutico, el muelle pesquero y, junto a ellos, el popular Passeig de Ses Fonts. Al comienzo de éste la estatua dedicada a Colón da la bienvenida a los visitantes que entran por la carretera que conecta Sant Antoni con Eivissa. Desde allí, los márgenes de la bahía toman forma de playa urbana, desde la conocida como S’Arenal hasta la playa Des Pouet. Sa Punta des Molí es otro destacado punto, con su remozado molino centenario, su noria, su antigua almazara y todo el equipamiento cultural que se ha estructurado en torno a ellos. La iglesia de Sant Antoni, la estatua de Es Verro y la capilla de sa Talaia son complementos indispensables de la ruta.
Más información y mapa de la ruta aquí.


Passeig de Ses Fonts, Faro de ses Coves Blanques y la iglesia de Sant Antoni de Portmany

2. Ruta de Cala Gració
Parte de la ya mencionada playa de Caló des Moro y nos dirige hacia el norte. Esta ruta nos aleja del entramado urbano y, bordeando la costa, nos acerca hasta la playa de Cala Gració y su vecina, Cala Gracioneta. Ambos rincones destilan puro Mediterráneo y gozan de gran popularidad entre los residentes. La distancia a recorrer, de apenas 6 kilómetros, la hace apta para caminantes casuales y su dificultad es media, con un desnivel acumulado de 175m. La ruta pasa por el Aquarium Cap Blanc, antiguo vivero de langostas y hoy punto de divulgación y conocimiento sobre la fauna subacuática de la zona y centro de recuperación de especies marinas. El mirador de Cap Negret espera al final del recorrido para ofrecernos amplias vistas sobre el mar que baña la costa de Sant Antoni y los islotes de Poniente.
Más información y mapa de la ruta aquí.
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3. Ruta por el Pla de Corona
Los amantes de la naturaleza encontrarán en esta ruta la experiencia que buscaban. Ya sea caminando o en bicicleta BTT, el Pla de Corona regala unos paisajes espectaculares en el que destacan los almendros que, en época de floración, llenan de blanco la extensa planicie agrícola que da nombre al lugar. Desde finales de enero hasta finales de febrero el Pla de Corona es el lugar perfecto para caminar, correr, pedalear o realizar cualquier otra actividad al aire libre. Fotografiado miles de veces, el enclave puede ser recorrido con facilidad siguiendo una ruta circular de apenas 7 km que nos conectará inmediatamente con la vertiente rural más auténtica de la isla. La bella y coqueta iglesia de Santa Agnès, de techos bajos y suaves perfiles, suele ser el punto de partida desde el que podemos caminar hasta lugares tan espectaculares como el mirador de Sa Penya Esbarrada, en lo alto de unos dramáticos acantilados, con hermosas vistas a la puesta de sol y a los islotes de Ses Margalides. El Pla de Corona es un auténtico lugar de peregrinación para quien desea sumergirse en la esencia agrícola de esta parte de la isla, en el que la paz y el contacto con la naturaleza son las señas de identidad por antonomasia.
Más información y mapa de la ruta aquí.
4. Ruta de Cala Salada y Cala Gració
Esta ruta costera es de las más espectaculares de Ibiza ya que recorre tramos del litoral auténticamente paradisíacos. Su nivel de dificultad es alto, ya que tiene un desnivel acumulado de 400 m y la distancia a recorrer es mayor, de 12 km. Pero los lugares que incorpora su trazado son de tal belleza que no puede dejar de hacerse. Se parte de Caló des Moro y desde allí el caminante puede acceder a rincones emblemáticos como Cala Salada y Cala Saladeta, dos lugares que muestran la belleza de las aguas mediterráneas en toda su plenitud. La transparencia de las mismas es tal que sus fondos de blanca arena y el verde de sus praderas de posidonia parecen paisajes cubiertos por un límpido cristal. Cala Galera y sus terrazas talladas en la piedra natural es otro rincón indispensable para contemplar, reposar y meditar. Al final, el mirador de Cap Negret ofrece a los más avezados senderistas una panorámica privilegiada sobre toda la franja costera y el infinito horizonte del mar.
Más información y mapa de la ruta aquí.
5. Ruta por Sant Mateu y Es Camp Vell
Junto al Pla de Corona, la de Sant Mateu es la otra gran planicie agrícola de Sant Antoni. La ruta que la explora también tiene una configuración circular y llega hasta los 260 m de desnivel acumulado en sus 10,7 km de recorrido. La bonita y blanca iglesia es el punto de partida hacia un paisaje en el que se combinan los campos de cultivo, con la vid como gran protagonista, hasta las zonas más densamente boscosas que pueblan las lindes montañosas. En ellas se encuentra Es Camp Vell, una zona elevada que se cuelga sobre el mar y que ofrece panorámicas que quitan la respiración. Los recorridos alternativos son muchos pero en todos ellos la naturaleza destaca en primera persona. Lugar predilecto para los practicantes de la BTT y los amantes de la fotografía, esta ruta promete una experiencia gratificante y memorable sea cual sea la modalidad que se practique.
Más información y mapa de la ruta aquí.
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