Bahía de Sant Antoni, el corazón de Sant Antoni

a configuración natural de la bahía de Sant Antoni confiere a su entorno una afortunada amalgama de atractivos que la convierten en un gran centro de ocio y en un privilegiado punto de encuentro para visitantes y residentes en Ibiza. Su generosa extensión la sitúan como una de las bahías más amplias de este lado del Mediterráneo -no en vano fue bautizada por los romanos como Portus Magnus-, albergando un gran espejo de agua que permite la práctica y el disfrute de una gran cantidad de actividades recreativas de todo tipo. El área interior de la bahía se despliega a lo largo de casi 4 kilómetros, desde el espigón del puerto de la localidad hasta la punta d’en Xinxó, en la zona de Cala de Bou, aunque su área de influencia natural se extiende mucho más allá.

Fotografías extraídas de la página de Facebook «Fotos Eivissa Antiga«


Como puerto natural, la bahía fue inicialmente explotada comercialmente por los púnicos, usándola como punto de partida de sus viajes comerciales y como puerto pesquero. Los romanos y posteriormente los árabes potenciaron la actividad en la zona que fue consolidándose como un núcleo de población muy relevante y de importancia estratégica. Con la reconquista cristiana crecería de forma progresiva en torno a la iglesia original, del S XIV, que sería sustituida por la actual, del S XVIII.
Hoy, la bahía de Sant Antoni es el corazón y la seña de identidad de toda la zona de poniente de la isla. Su poder de atracción es potente y variado y se abre al disfrute del visitante en cualquier franja horaria. Para empezar, alberga un completo surtido de playas, todas ellas accesibles a pie. Desde la más extensa de s’Arenal, con una amplia franja de arena y aguas tranquilas que alberga los servicios propios de una playa urbana y una rica oferta lúdica, hasta la recoleta calita de Caló des Moro, en el extremo norte del casco urbano que, con su coqueta configuración, regala bonitas puestas de sol y vistas despejadas a los islotes de Poniente. Es Pouet, la otra gran playa urbana de la bahía en el municipio de Sant Antoni, también brinda una variada gama de servicios, un gran arenal y aguas poco profundas, ideales para familias con niños.
La bahía además tiene puntos de interés que bien vale la pena visitar. Uno de ellos es el Aquarium de Cap Blanc, al que se puede llegar por vía urbana, a pie siguiendo una senda desde Caló des Moro o por vía marítima, subiendo a cualquier embarcación de línea regular que lo conecta con el puerto. Antiguamente conocido como Cova de ses Llagostes, por ser utilizado por los pescadores como vivero natural, el aquarium actualmente forma parte de la red de recuperación de especies marinas (CREM). Sus instalaciones albergan una muestra representativa de las especies propias de las aguas de la isla y realiza una importante labor educativa y de difusión. En su quiosco se organizan sardinadas y ofrece una agradable terraza para disfrutar de las vistas.
La orientación natural de la bahía de Sant Antoni es un aliciente más, sobre todo cuando se trata de contemplar espectaculares puestas de sol. Desde el dique del puerto parte un paseo que recorre toda la costa de ses Variades hasta es Caló des Moro. Allí nacieron locales míticos desde los que miles y miles de visitantes y residentes han contemplado los sunsets más especiales acompañados de las mejores mezclas de música chill-out. De hecho, la bahía en su conjunto es el privilegiado escenario en el que se abre paso una de las mayores ofertas de ocio de la isla, con toda una sucesión de locales y clubs que cada temporada nutren su completísimo calendario de eventos a cargo de los mejores Djs internacionales.


El puerto en sí mismo es otro de los grandes atractivos de la bahía de Sant Antoni. Al abrigo de sus pantalanes se alza el moderno edificio que aloja el Club Nàutic, toda una institución en la localidad. En ella se han formado generaciones de practicantes de la vela y la navegación deportiva en sus distintas especialidades y se implica activamente a la hora de participar y organizar multitud de eventos deportivos a lo largo de todo el año. Su restaurante (Es Nàutic Restaurant), especializado en cocina marinera, es otro de sus grandes reclamos. Muy cerca del Club Nàutic encontramos otra visita muy recomendable, el muelle pesquero y la cofradía, que mantienen y promueven una actividad pesquera de carácter sostenible, bajo el paraguas del sello de calidad Peix Nostrum. La flota es eminentemente artesanal y provee de pescado y marisco fresco de gran calidad a pescaderías, supermercados y locales de restauración. Y, por supuesto, como no podía ser de otra manera, la bahía condensa una intensa actividad náutica recreativa.
Muelle pesquero de Sant Antoni
En sus aguas tienen lugar innumerables prácticas deportivas y de ocio que suponen uno de sus mayores reclamos. Vela, kayak, parasailing, alquiler de embarcaciones para todos los públicos, jet ski, cursos y práctica de buceo y un innumerable repertorio de propuestas salpican sus orillas. Desde sus muelles también parten excursiones marítimas y líneas regulares que la conectan con playas cercanas, tanto al norte como al sur, por lo que el visitante puede disfrutar de una jornada playera perfecta sin necesidad de recurrir a otros medios de transporte.
Pasear y disfrutar del entorno de la bahía es, sin duda, una actividad al alcance de todos por su comodidad. La gran extensión del paseo marítimo y las zonas peatonales que lo prolongan permiten visitar lugares tan emblemáticos como Sa Punta des Molí, un equipamiento cultural completamente remozado o, en el otro extremo de la bahía, el faro de Ses Coves Blanques, ya totalmente integrado en el tejido urbano de Sant Antoni, al igual que el Passeig de Ses Fonts, el corazón de la zona portuaria.


Passeigs de es Fonts, Faro de ses Coves Blanques y Molino de Sa punta des Molí

Otro de los puntos fuertes de la bahía reside en su extraordinaria oferta hotelera, que cubre todo el espectro posible de estancias. Ya sea en primera línea de costa o en sus proximidades, la bahía presume de un catálogo excepcional de alojamientos, desde pensiones económicas y actuales hasta hoteles de vanguardia con las últimas novedades en equipamientos y servicios, sin olvidar los tradicionales hoteles familiares y apartamentos de diversas categorías. Todo ello acompañado por una oferta de restauración y comercios que año a tras año va a más, ofreciendo un producto y una fórmula para cada perfil de visitante, desde la cocina tradicional ibicenca hasta la más innovadora y rompedora, digna de estrella Michelin.